El Gobierno nacional formalizó este jueves la reducción permanente de las retenciones para una serie de productos agroindustriales, entre ellos la soja, el maíz, el girasol, la carne vacuna de novillo, la carne aviar, el trigo, la cebada y el sorgo. La medida fue oficializada mediante el Decreto 526/2025, publicado en el Boletín Oficial, con las firmas del presidente Javier Milei, el jefe de Gabinete Guillermo Francos y el ministro de Economía Luis Caputo.
El nuevo esquema impositivo, que comenzará a regir desde este viernes, había sido anticipado por Milei durante la inauguración oficial de la Exposición Rural de Palermo. Entre las principales modificaciones se destacan las siguientes alícuotas: maíz y sorgo bajan del 12% al 9,5%; el complejo girasol pasa a 5,5% para el grano (antes 7%) y 4% para derivados; mientras que la soja se reduce al 26% para el grano (antes 33%) y al 24,5% para subproductos (antes 31%). En tanto, el trigo y la cebada se mantienen en 9,5%.
El Ejecutivo argumentó que esta baja busca “dotar de mayor competitividad a uno de los sectores productivos más dinámicos del país” y fortalecer una política basada en “reglas claras, estabilidad macroeconómica y apertura comercial”. Según datos oficiales, en 2024 las exportaciones agroindustriales crecieron un 56% en volumen y un 26% en valor, impulsadas por la eliminación de retenciones a economías regionales, lácteos, carne porcina y algunas categorías de carne vacuna.
La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) proyecta que, con este nuevo esquema, la producción agrícola argentina podría alcanzar los 172,3 millones de toneladas hacia 2035, un 8% más que las estimaciones previas. Además, la entidad prevé que los productores accederán a un “dólar cash” —un tipo de cambio más cercano al precio FOB—, mejorando así la rentabilidad exportadora.
Desde la BCR también se espera un efecto multiplicador en actividades complementarias como el transporte de cargas, la demanda de insumos, servicios financieros, acopio y logística, lo que podría dinamizar la economía. En lo inmediato, la medida busca destrabar operaciones comerciales por unos u$s11.000 millones pendientes de liquidación desde junio, cuando finalizó la rebaja temporal de retenciones aplicada por el ministro Caputo a principios de año.
Sin embargo, el peronismo cuestionó la decisión del Gobierno. “Se logró a costa del mercado interno”, advirtieron dirigentes del sector, que alertan sobre un posible impacto en los precios locales de alimentos y productos derivados del agro. Analistas del Instituto para el Desarrollo Agroindustrial Argentino (IDAA) también advirtieron que, al ser una baja permanente, podría perderse el incentivo para acelerar la liquidación de exportaciones, como sucedía con los esquemas temporales.