El aumento está relacionado a un dietazo que se votó en abril de 2024, que incluyó una cláusula que ató la actualización salarial de la casta senatoria a los acuerdos que cerrara el personal legislativo. Fue impulsado por Victoria Villarruel (presidenta del Senado) y Martín Menem (presidente de Diputados), y acompañado por la oposición colaboracionista, incluido el PJ-kirchnerismo. Los senadores libertarios se opusieron a la iniciativa, aunque igualmente cobran millonadas al igual que Milei y su séquito.
Los senadores y los diputados cobran rentas que les permiten vivir prácticamente como los ricos y capitalistas a los que representan en el Congreso. Finalmente, es la retribución que reciben por votar leyes propatronales como la Ley Bases o avalar los vetos presidenciales contra los jubilados, las universidades y toda reivindicación popular. Solo la izquierda, cuyos congresistas cobran una renta cuyo monto equivale al salario de un trabajador promedio, se opone a ello e incluso ha presentado un proyecto legislativo para que los diputados pierdan esos privilegios –cajoneado por todos los partidos patronales.
La lucha del Garrahan sacudió el país, no solo por la importancia del hospital sino también porque el gobierno terminó declarándole la guerra a sus trabajadores y además porque converge con otras peleas. Milei está destruyendo la salud pública, desfinanciando los hospitales y sometiendo a la pobreza a sus empleados. El dietazo de los senadores es una provocación del gobierno y del resto de los bloques patronales contra el Garrahan y todos los sectores de trabajadores que sufren el cepo salarial de Milei-Caputo y los capitalistas.
En el Garrahan, una médica contratada con beca cobra un salario de $1.000.000 sin guardia; una enfermera con 10 años de antigüedad $900.000; un administrativo $800.000; y un ayudante de servicio $700.000. Todos los sueldos se encuentran entre 9 y 13 veces por debajo de la renta que cobrarán los senadores, incluso aquellos que responden al gobierno que arremete contra la lucha del hospital. Los residentes, a los que el mileísmo quería pagar $1.300.000 –actualmente cobran $800.000–, rechazaron la oferta en asamblea y el conflicto sigue abierto.
Un contraste similar puede establecerse teniendo en cuenta los salarios que se perciben en el sector científico. Los trabajadores del Conicet también están en lucha por sus reivindicaciones. El personal administrativo y de apoyo percibe entre $800.000 y $1.200.00; los becarios entre $900.000 y $1.000.000; y la mayoría de los investigadores entre $1.200.000 y $1.600.000.