La organización cristiana con sedes en Posadas, Eldorado y Aristóbulo del Valle asiste a casi 260 personas con consumo problemático. “Hoy tenemos lista de espera y el 75% de los internos son misioneros”, advirtió su director, Miguel Ángel Benítez. Alertó sobre el impacto de la “pedra”, una droga de bajo costo que afecta a jóvenes y niños desde los 10 años.
La Fundación “Reto a la Vida”, dedicada al tratamiento de personas con consumo problemático en la provincia de Misiones, atraviesa una de sus etapas de mayor saturación. Con casi 260 personas internadas en sus sedes de Posadas, Eldorado y Aristóbulo del Valle, la institución enfrenta una demanda creciente que supera sus posibilidades de atención.
Miguel Ángel Benítez, director de la Fundación, confirmó que los centros están funcionando al límite. “En Posadas tenemos un internado de 100 hombres y otro hogar para mujeres con unas 50 internas. En Eldorado y Aristóbulo del Valle, contamos con otros 50 en cada una. Eso nos da un total aproximado de entre 240 y 260 personas actualmente”, detalló.
El ingreso a los hogares se realiza a través de entrevistas previas, que se realizan semanalmente. “Los días miércoles hacemos entrevistas en todas nuestras sedes. Evaluamos al paciente y pedimos algunos estudios. Pero la realidad es que tenemos una lista de espera de casi 50 personas”, indicó. Y agregó: “Estamos pidiendo mucha paciencia, porque la demanda es enorme. Lamentablemente no podemos dar respuesta a todos”.
Según Benítez, la situación que se vive actualmente “es diferente a todo lo que nos tocó antes”. En ese sentido, remarcó que el número de personas que buscan ayuda ha crecido sostenidamente en los últimos años. “Cada año hay más casos. El consumo de drogas en Misiones colapsó. Es una provincia que no es tan grande, pero el problema se expandió por todos lados”, sostuvo.
Uno de los fenómenos que más preocupación genera es el aumento en el uso de la llamada “pedra”, una sustancia derivada del crack. “Es una droga muy adictiva y muy barata, pero que deteriora mucho. Vemos personas con graves problemas físicos, mentales y de nutrición. Esta droga los deja días sin comer ni tomar agua. Está golpeando mucho, especialmente a los jóvenes”, advirtió.
Si bien el consumo de marihuana y cocaína continúa siendo frecuente, la “pedra” aparece como la sustancia más dañina en la actualidad. “La marihuana sigue estando entre las más comunes, sobre todo porque es fácil de conseguir por la cercanía con la frontera. Pero lo que más está afectando ahora es esta droga nueva, que tiene un impacto muy fuerte y rápido”, explicó el director.
Benítez lleva más de tres décadas en la Fundación. Ingresó cuando tenía 16 años y hoy es una de las voces con más experiencia en el trabajo con personas con adicciones. “Uno se va acostumbrando a este ambiente, pero siempre hay situaciones que nos siguen sorprendiendo. Lo que más impacta últimamente es la cantidad de chicos que llegan con consumos desde muy temprana edad”, expresó.
Sobre ese punto, relató que en otros tiempos se manejaba como criterio no admitir a menores de 16 años. “Pero hoy llegan chicos de 10, de 11 años. ¿Cómo no ayudarlos? Si no se hace algo ahora, a los 16 ya es tarde. El problema es que nuestros centros no están preparados para trabajar con niños. Porque más allá de la adicción, siguen siendo chicos que quieren jugar, que piensan como niños”, describió.
En cuanto al perfil de los pacientes, Benítez subrayó un cambio en la procedencia geográfica: “Antes venía gente de Buenos Aires, de Chaco, de otras provincias. Hoy, el 75% —o más— de nuestros internos son misioneros. Eso no pasaba antes. Hoy el problema está instalado en la provincia”.
La Fundación se autofinancia a través de talleres ocupacionales que permiten mantener a los pacientes activos y al mismo tiempo brindarles herramientas laborales. “Acá no están tirados en una cama. Enseñamos oficios. Hay panaderos, carpinteros, mecánicos, electricistas que salieron de acá. Es parte del tratamiento: ocupar la mente, sentirse útiles, y prepararse para reinsertarse”, indicó.
Además del abordaje terapéutico y ocupacional, Reto a la Vida ofrece un espacio espiritual de base cristiana evangélica. “La Biblia es nuestra guía. No se trata de imponer una religión, sino de acompañar a las personas desde una experiencia espiritual. Muchos llegan destruidos emocionalmente y encuentran en eso una fortaleza para salir adelante”, explicó Benítez.
El espacio también cuenta con una iglesia abierta a la comunidad. “Se congregan familiares, amigos, vecinos. También los chicos y chicas internados. Es un entorno de contención que muchas veces marca la diferencia”, aseguró.
Los miércoles, el día de entrevistas, es también el que refleja con mayor crudeza la dimensión del problema. “Desde las 10 u 11 de la mañana ya hay madres haciendo fila, esperando por una oportunidad. La entrevista empieza a las 15, pero ellas llegan mucho antes. Es muy doloroso verlas rogar por un lugar para su hijo”, describió.
El director también valoró que, a diferencia de años anteriores, hoy hay menos egresos durante el proceso. “Antes muchos abandonaban el tratamiento. Ahora los que están valoran mucho más el espacio. Saben que si salen y recaen, van a tener que esperar mucho para volver a ingresar. Hoy se cuidan más”.
Frente a la alta demanda, la Fundación analiza la posibilidad de ampliar su estructura. “Siempre está la intención de abrir nuevos centros, pero no es fácil. No se trata solo de alquilar una casa o tener plata. Esto requiere compromiso humano, gente dispuesta a estar con los pacientes, a convivir con ellos. Es un trabajo de 24 horas los siete días de la semana”, remarcó Benítez.
Finalmente, sostuvo que “Reto a la Vida” podría ser, hoy por hoy, “el centro de rehabilitación más grande del país”. Y concluyó: “Tenemos casi 300 personas en tratamiento. Y aunque no es fácil sostenerlo, seguimos trabajando porque sabemos que detrás de cada historia hay una familia que espera un cambio”.
Quienes necesiten contactarse con la Fundación, pueden acercarse los días miércoles a las sedes de Posadas, Eldorado o Aristóbulo del Valle. Las entrevistas se realizan por orden de llegada.
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